domingo, 30 de octubre de 2011

Ojalá fuera más fácil olvidarte.

No entiendo por qué intento negar lo evidente. Por qué me empeño en decir que te he olvidado, en mostrarme indiferente a tus palabras, en hacer que estoy bien cuando te veo, cuando no me hablas como antes, que ya no siento nada por ti, que no echo de menos tus mensajes, tus llamadas, que no te echo de menos. Y es que para mí sigues siendo igual de importante, y necesito tenerte cerca, tu mirada me hace grande.
Quizás quiera odiarte, que todo el mundo sepa que ya no te quiero. Pero yo y sólo yo, sé que no es así. 

sábado, 29 de octubre de 2011

Aquellas pequeñas cosas.

¿Sabéis cuál es una de las cosas que más me gustan en el mundo? Salir a la calle mientras llueve y ver a la gente como intenta resguardarse de ella, como si de ácido se tratase. Sin embargo a mí, me encanta, me encanta andar mientras me empapo, pensando en mis cosas e imaginándome como será la vida de los demás. Intentando ponerme en la piel de ese hombre que sale de la estación corriendo y con el maletín en la cabeza para evitar mojarse, en la piel de la mujer que mira por la ventana mientras se quita el maquillaje y decide quedarse en casa, en la piel de esos niños que ríen y gritan saltando encima de un charco, a la vez que su abuelo intenta llevárselos a casa para que no se resfríen, en la piel del mendigo al que ya no le importa nada, en la piel de los que esperan el autobús para reunirse con su familia, o los que se despiden en la parada de ellos, en la piel de los dos enamorados que hay en medio de la calle besándose, como si la lluvia no les rozara, en la piel de los que, como yo, salen a evadirse y observar lo que pasa a su alrededor. En la piel de todas y cada una de las personas.
Porque no hay nada mejor como fabricar ese mundo, tu mundo.

martes, 25 de octubre de 2011

Enamorarse un poco más de la cuenta, era una mala inversión.

Supongo que era inevitable, me atrevería a decir incluso predecible. Era ineludible. ¿Os acordáis del príncipe azul verdad? Pues yo era más del pirata con cara de malo que daría todo su botín por una persona, que sería capaz de tirar por la borda cada rincón de su barco, que detrás de esa fachada casi impenetrable, y con ese toque diría yo borde, se esconde el mayor de los tesoros.

viernes, 21 de octubre de 2011

JS.



Y acabo, no sin antes hacer una advertencia,
meterse por el culo la voz de la experiencia,
guárdense sus consejos; no me van a cambiar.
Aunque quiera, yo nunca podría ser como ustedes,
no me gustan sus casas, sus vidas, sus mujeres;
no me gusta un pimiento su imbécil sociedad.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Yo, mí, me, contigo.





Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y 
escenas del sofá. 
Yo no quiero catorce de febreros ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero domingos por la tarde, yo no 
quiero columpio en el jardín. 
Lo que yo quiero corazón cobarde, es que mueras 
por mí.
Y morirme contigo si te matas, y matarme 
contigo si te mueres. Porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan, nunca mueren.
Yo no quiero París con aguacero, ni Venecia sin ti.

Verso acabado. Punto.


Cada día me repito las mismas palabras... "Te odio". Intento convencerme a mí misma de que no me haces falta, de que no quiero a otro como tú. Pienso en los malos momentos que me has hecho pasar, las lágrimas que derramé por ti.
Y todo eso por querer olvidarte. Por no asumir que mientras me repito ese "te odio" mi corazón grita un "te quiero" aún más fuerte. Por no admitir que no hay otro como tú, por poner esa cara de idiota al recordar los buenos momentos que hemos pasado, las sonrisas que sólo tú consigues sacarme.
Por eso sé que no podré olvidarte, al menos, por un tiempo.
Cuando deje de echar en falta tus llamadas, cuando no sienta la necesidad de mandarte un sms
tan sólo para decirte que te quiero. Cuando me den igual las distancias. Cuando no sueñe con tus besos. Cuando pueda borrar tus mensajes sin sentir absolutamente nada. 
Cuando ya no piense mas en ti, sólo entonces podré decir que me he olvidado de ti.

Una caja de música aún sin abrir.

Soy una caja de música. Sé que es una comparación quizás incoherente, pero, si buscas bien casi todo tiene su lógica. ¿Por qué soy una caja de música? Porque soy esa muñeca que vive dentro, triste, y a oscuras, que se siente sola a menudo, esperando el momento en el cual brillar, que se desespera porque ve que no llega y entonces...Pasa alguien, tal vez, sólo por casualidad o por simple curiosidad, abre la caja, a la bailarina escondida le brillan los ojos, se siente nerviosa, es su momento. Debe enseñar que sabe bailar, deben admirarla, por su belleza, por sus habilidades, por toda la fortaleza que ha demostrado al haber aguantado escondida entre las oscuras paredes de su caja de madera. Es feliz, más de lo que había sido en mucho tiempo, pero en aquel momento, algo vuelve a pasar, quizás porque el espectador se haya cansado de su monotonía, porque quizás no aprecie su tonto baile, o quizás de nuevo por casualidad, cierra la tapa. La bailarina se vuelve a esconder y la sonrisa que momentos antes se había dibujado en su rostro se va convirtiendo en un mar de lágrimas, lágrimas porque sabe que después de ese momento de alegría, vuelve la tristeza de su pequeña caja de madera, toca esconderse y resignarse a sólo salir en ocasiones.

martes, 18 de octubre de 2011

Cierra los ojos, párate a pensar.


Dicen que de los errores se aprende, que cada palo nos hace más fuertes, que una derrota será una victoria. Pero no llega ese momento, no llega el momento en el que haga las cosas bien a la primera, en el que no dude, en el que lo tenga todo claro. Las noches se convierten en el instante perfecto donde me paro a pensar, y reincido en una pregunta, "¿por qué?". Veo pasar el tiempo a una velocidad trepidante y no me doy cuenta, y nadie se para a avisarme. Recuerdo cuando sonreír era tan fácil, cuando nada me afectaba, cuando mis cuitas se resumían en una línea, y que con unas palabras se solucionaban. Ahora todo me influye. Dentro de nada ya estamos en esas fechas que tanto me gustaban, pero ya no les veo sentido.
Seguro que habéis pensado en más de una ocasión el marcharos, iros lejos, al menos durante un tiempo. Poder empezar de cero, sin que nadie sepa ni quién eres, ni cómo.
Echo de menos muchas cosas, una gran cantidad de detalles pequeños, unas simples palabras, un "te quiero"...
Cierra los ojos, piensa en los demás. Tú no sufres solo, quiérete algo más. Cuando crecen mis complejos veo tu sombra, ofreciéndome la falsa libertad.

lunes, 17 de octubre de 2011

Él puso a su nombre todas las olas del mar.

Ella le pidió que la llevara al fin del mundo, él puso a su nombre todas las olas del mar.
Se miraron un segundo, como dos desconocidos. Todas las ciudades eran pocas a sus ojos,
ella quiso barcos y él no supo qué pescar. Y al final números rojos, en la cuenta del olvido,
y hubo tanto ruido, que al final llegó el final.
Hubo un accidente, se perdieron las postales, quiso Carnavales y encontró fatalidad,
porque todos los finales son el mismo repetido. Y con tanto ruido no escucharon el final.
Descubrieron que los besos, no sabían a nada, hubo una epidemia de tristeza en la ciudad.
Se borraron las pisadas, se apagaron los latidos, y con tanto ruido no se oyó el ruido del mar.

viernes, 14 de octubre de 2011

Socorro pido #


Si nos hundimos antes de nadar
no soñarán los peces con anzuelos,
si nos rendimos para no llorar
declarará el amor huelga de celos.

La primavera miente y el verano cruza,
como un tachón, por los cuadernos;
la noche se hará tarde, tan temprano,
que enfermarán de otoño los inviernos.

Cuando se desprometen las promesas,
la infame soledad es un partido
mejor que la peor de las sorpresas.

Si me pides perdón socorro pido,
si te sobra un orgasmo me lo ingresas
en el banco de semen del olvido.

martes, 11 de octubre de 2011

No hay más motivo ni razón que me acordé de ti.



Me gustaba formar parte esa historia. Esa historia que formamos poquito a poco, y que albergaba muchas locuras, alegrías, tristezas, confidencias, risas, anécdotas e ilusiones. Ese apoyo, sinceridad y comodidad que sólo unas pocas personas te ofrecen y que cuando lo tienes crees creer que nada ni nadie lo va a cambiar.
Con el paso del tiempo tu idea cambia, pasas de ser la protagonista a una mera figurante, te das cuenta de que ese cuento no es el tuyo, pero sigues ahí, pasas por alto demasiadas cosas, y todo porque para ti realmente es importante. O era (?). Más tarde, como en casi toda narración, empiezan a desaparecer de un modo discreto algunos personajes, y otros no tan discretamente. Finalmente la historia queda dividida en varias partes, que jamás volverán a unirse. Ahí es cuando te paras a pensar el cómo unas personas pueden cambiar tanto, cómo de un día para otro no había otra cosa en el mundo que les gustase más que interpretar ese papel, porque cuando ya estás fuera, te das cuenta de que era sólo eso, un papel.
He de decir que para mí no fue eso, y que sí, lo echo mucho de menos.
Echo de menos esas tardes tontas, esas sonrisas que lo decían todo, esas fotos, esos proyectos que imaginábamos y no llevamos a cabo, pero que a fin de cuentas, eran nuestros. Echo de menos esas risas absurdas, esas miradas de complicidad, esas frases y palabras que nadie entendía... Echo de menos no saber de ti, que no me cuentes lo que te ocurre, no contarte mis cosas... Resumiendo, te echo de menos, echo de menos nuestra amistad. ¿Dónde a quedado todo lo que significabas para mí? No lo sé. No sé ni dónde, ni cómo, ni por qué. No sé porqué cuando dijimos "siempre" lo teníamos tan claro y ahora, ahora ya has pasado de ser alguien tan especial a un amigo más, a esa persona con la que sí, te ríes y quieres, pero no es a quien le confías tus secretos, tus sueños... No es un mejor amigo, no es como tu hermano.

Mi mayor miedo es que tus ojos no hacen prisioneros.



Tengo miedo del pasado, de los recuerdos. De un presente incierto. De un futuro inexistente.
Tengo miedo al paso del tiempo. Miedo a olvidar sentimientos. A que los ''sí'' transformados en ''quizás'' puedan llegar a ser ''no'' el día menos pensado.

Miedo a que los nervios desaparezcan, a no tener nada a lo que aferrarme. Miedo a perder el corazón y vagar sin dirección ni sentido. A que los días de lluvia sean sólo eso, días de lluvia. Miedo a que desaparezca el sentido de las cosas. A no importarle nada a nadie, a pasar a un segundo plano. A soltar todo como si nada. Tengo miedo a que lo que nos unió nos acabe separando.

Miedo a ver cómo la felicidad se va al compás de un tren. A no sonreír. Miedo a no poder vivir a base de pequeñas cosas. A no tener esa vía de escape. Tengo miedo a no volver a escuchar nunca las mismas palabras. Miedo a la monotonía. A no tener que tomar decisiones precipitadas. A cerrar etapas olvidando todo lo vivido en su transcurso. Tengo miedo a dejar en blanco páginas. Miedo a perderte.

Miedo a dejar de sentir miedo. Porque al fin y al cabo, cuando sentimos miedo por algo, es porque ese algo nos importa más de la cuenta.

Heridas y dolor.


Las heridas que ya ni Dios nos quita,
la mierda que arrastramos sin remedio,
todo lo que nos dieron y quitaron,
los años transcurridos tan deprisa,
el pan que compartimos, las caricias.
La ceniza que queda, los despojos,
el tiempo del dolor, los agujeros,
el gato que maullaba en el tejado,
el pasado ladrando como un perro.

lunes, 10 de octubre de 2011

Cara, sale bien.

-Tengo una cosa para ti...Coge.
+¿Una moneda?
-Si tuvieras que pedir un deseo, lo que quieras. Lo que más desees en el mundo, ¿qué sería?
+¿Lo que más quiero en el mundo?
-Sí, así que si sale cara se te concede. Lánzala.
+Hazlo tú, a sí sabes que no he hecho trampas.
-Vale... Cara, sale bien.Toma para ti, tu moneda de la suerte.
+Pero, tiene dos caras. 
-Bueno, pues así tienes suerte seguro. Así que quítate esa nube negra de la cabeza.
Porque nada va a salirnos mal.

Cómo diablos se puede quererte tan fuerte.




Laissez-moi être ton amulette et du poison, ton air. Je veux être pour toi un vice inavouable.

domingo, 9 de octubre de 2011

Cinco sonrisas.


-Tienes cinco sonrisas.
+¿Qué?
-Que tienes cinco sonrisas, ¿lo sabías? Una cuando te ríes porque algo te hace gracia de verdad, otra sólo por cortesía, otra cuando te ríes de ti misma y otra cuando piensas en...
+¿En qué?
-En él.
+ ¿Y la última?
- La que tienes ahora.
+¿Y cuál es esa?
- La que oculta lo destrozada que estás.

Lo mejor ♥

Quizás sigo siendo la misma tonta que sigue creyendo en ese "siempre" que dicen algunos, la misma que confía demasiado antes de tiempo aunque no tenga nada claro. Por eso muchas veces tengo miedo, miedo de perder a los que de verdad están ahí, y pese a que creo saber que no se irán de mi lado, me asaltan las dudas. Esas dudas que hacen que no les demuestre tanto como querría. Y es que quiero devolverles cada sonrisa que me dan, cara gesto, cada palabra, cada momento que me dedican, porque son ellos, son los más importantes.
Unos son los de toda la vida, otros llegaron hace relativamente poco tiempo, pero han ocupado un gran espacio en mi corazón. También hay otros que no han estado a mi lado físicamente, pero que me han demostrado que la distancia no es ningún problema para querer a alguien, que se puede querer lo que no ves.  Ese cariño que día a día te transmiten, esas sonrisas que te alegran hasta el peor de los días, esa rabia que te entra por no poder abrazarles con todas tus fuerzas y no poder compartir cada momento especial de sus vidas, pero que pese a eso son especiales, y tarde o temprano se lo diré a ellos. Gracias, sois mi mayor tesoro.