martes, 15 de mayo de 2018

Un vals

Al final siempre hay algo por encima de mí, que va por delante y no puedo sobrepasar. Algo que hace que no sea lo suficientemente importante y quizá simplemente eso, que no sea suficiente. Nada lo es, da igual lo que haga o diga, nunca lo es.
Mientras tanto, los fantasmas y demonios me lo recuerdan y se enganchan a mí... Y cómo pesan. Cuánto peso sobre una espalda cansada de tirar sin una mano que la acompañe; no es necesario nada más, no pide que tiré, simplemente que vaya al lado, pero por favor, que no frene, que no presione más hacia abajo. El suelo ya está rozando.
Rozando como la gota que colma el vaso... Qué ironía, si el agua siempre fue la mejor aliada, la mejor vía.

miércoles, 6 de enero de 2016

Mucho

Cómo duele ver el final tan cerca y a la vez tan lejos, cómo duele no saber qué hacer, cómo duele ese estallido de pensamientos que me van rompiendo, cómo duele comprobar que tenía razón, cómo duele saber que todo eso no era verdad, cómo duele el creer que si no fuera yo todo habría sido diferente, cómo duele el pensar que es culpa mía y cómo duele, aún más si cabe, el perder lo único que me hacía aferrarme a la esperanza.
Y a ver ahora cómo hago para salir de aquí...

domingo, 8 de noviembre de 2015

Me he cansado de esperar, ya me cansé de sonreír...

Jamás imaginé que doliera tanto, nunca pensé que pudiera sentirse este dolor, y más de este modo. Sigo sin entender el porqué, sigo sin comprender cómo he llegado a este punto.
No puedo parar de llorar, ya ni dormir... No puedo más, pero sigo queriendo poder...

domingo, 26 de julio de 2015

Tres en uno, más lo arrastrado...

No soy capaz de decirlo en alto, ni tan siquiera de compartirlo; no puedo, me rompo un poco más por dentro sólo de pensar que sale de mí. Soy incapaz de cicatrizar, de echar a mis demonios, de encontrarme y volver a ser yo.
Pero es que esa que era ya no está, se fue contigo. Se fue el mismo día que me dejaste, el mismo día en el que tanto sufrimiento terminó, cuando se acabó el decirme que todo iba bien -a sabiendas que no lo creía-, cuando se apagó esa sonrisa que aún eras capaz de poner, las palabras que quedarán siempre en mí, las que me atormentan y las que curan. Todo eso ya no está, como yo. Y dios, ¡cómo duele!
Cómo duele el pensar que daría cualquier cosa por retroceder atrás, por poder decirte todo aquello que no pude, por volverte a decir que te necesito, que desde que no estás mi vida ha perdido sentido, por abrazarte y pedirte que no me sueltes la mano nunca...
Y es que hay tanto, que aunque lo escribiera dudo que alguien pudiera entenderlo... Pero ya no puedo más.

La mejor persona que he conocido y conoceré jamás.

martes, 14 de julio de 2015

Cristal...

Quizá sea tarde, puede que ya no haga falta avisarte de lo obvio, de que algo se ha roto dentro de mí. Y puedo verlo, cuando miro en mi interior veo y siento cada uno de los pedazos, como si de cristales se tratasen. Cada segundo que pasa, a cada paso que doy noto como me voy resquebrajando. Por ello no puedo pedirte que abraces mis trozos, que te cortes y sangres, y que aún así, sonrías.
¿Ahora qué? Cómo curar una herida que ni tan siquiera empieza a cicatrizar, que sigue supurando y que nadie ve; cómo cerrar algo que cada día se va abriendo un poco más, que va pesando a medida que la realidad cae sobre ella; cómo salir sin una mano que te enseñe que todavía hay algo que late dentro de ti, sin desnudarte y volver a empezar...

domingo, 31 de mayo de 2015

"Esa no soy yo..."

Herido diario: esa no soy yo.

Hace tiempo que dejé de serlo y por más que me busco no me encuentro. Antes bastaba un reencuentro para reencontrarme, una simple instrospección, y ahora, ahora sólo hallo algún rastro de mí al encontrarme con él. Pero el llegar hasta ahí cuesta tanto que duele; duele de forma que desgarra por dentro, que me consume y se va llevando todo aquello que busco.

Descripciones antagónicas, palabras que se acercan a mí como puñales, pesadillas que devoran mi sueño, lágrimas que se pierden entre las sábanas, pérdidas de control que estallan en mil pedazos, excusas y sonrisas que ya no engañan, repeticiones continuas que desatan mis tormentas, recuerdos que no son capaces de abrir mis nubes, silencios que se vuelven incómodos, estas ganas de nada menos de ti, este fuego que quema sin dejar marca -al menos visible-, salvavidas que te ahogan, un futuro en pretérito imperfecto, perder lo poco a lo que me aferraba para seguir creyendo en mí...  ¿No ves mi derrota?

Y es que cuesta tanto tirar de un carro sin ruedas...




"Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler, me duele hasta el aliento."

No puedo hablar de ti en pasado
si para mí eres presente.
No soporto que otros te nombren en un tiempo ajado
si para mí serás futuro siempre.

Ando perdida en un mar de dudas
pero ni siquiera, en los mejores palacios,
-de eso estoy bien segura-
saben lo que es ser una reina al estar entre tus brazos.

Me enseñaste a coser,
-entre otro tanto-,
y ahora, yo soy incapaz
de remendar el siete en el corazón que me has dejado.

lunes, 9 de abril de 2012

Tardé en aprender a olvidarlo, 19 días y 500 noches.



Tengo que decirte una cosa, una de las más importantes que te he dicho hasta ahora... Voy a devolverte cada beso que no nos hemos dado. También te devuelvo cada sonrisa que me regalaste, a mí, sólo a mí. Te devuelvo lo que casi pudo ser pero nunca fue. Te devuelvo todas esas historias tuyas, sin pies, ni cabeza. Te devuelvo las promesas cumplidas a
medias, y las que no se cumplieron. Te devuelvo tus queridas dudas, esas a las que te aferras como si fuesen un salvavidas. Ah, te devuelvo las mías aún sin resolver. Te devuelvo mis ganas y tu rutina. Te devuelvo tu quizás. Te devuelvo todos los escalofríos que me daban al rozar tu piel. Te devuelvo tus palabras. Te devuelvo tus te quieros no dichos, y los dichos también. Te devuelvo las noches, los días, las horas, los minutos y hasta los segundos más insignificantes que pasé contigo. Te devuelvo las mentiras, y las verdades. Porque ya no quiero nada tuyo, excepto esa última despedida. Esa, me la guardo para mí.


martes, 31 de enero de 2012

Cómo si fuera tan fácil engañar al corazón.

Entiendo que tú estés acostumbrado a que te lo den todo,
a que te lo den todo siempre a cambio de nada.
Entiendo que tú, que siempre tienes la última palabra en esto del amor,
que siempre vas un paso más allá de donde llego yo.
Entiendo que tú, te sueltes el pelo.
Y he tratado de olvidarte en parte, porque me matan los celos.
He buscado mil maneras de olvidarte, cómo si fuera tan fácil engañar al corazón.
He buscado mil maneras de olvidarte y ahora tengo que contarte que sólo funcionan dos...
La primera emborracharme hasta casi caer rendida, pero es que esa siempre me entra en líos, y la segunda manera para no pensar en ti es estar contigo.